María José de 14 años, nació siendo un chico, pero se identifica como una chica. Esta menor transexual vive en Umbrete (Sevilla) y este año se apuntó en el Ayuntamiento para poder participar en el homenaje a las mujeres que se visten de flamenca en la Fiesta del Mosto y la Aceituna. La menor, que contaba con el apoyo de su madre, estaba muy ilusionada con el vestido que le había prestado una amiga, las extensiones que se iba a poner, las uñas… Todo iba bien, hasta que el concejal de Fiestas, José Llorente, acudió a casa de los Solís. Lo hizo el pasado jueves, a las 15.00 h, justo tres días antes del evento. «Llegué en coche de hacer recados y lo vi en el patio de mi casa. Me asusté. Pensé que había pasado algo», dice la madre.
En la conversación, en la que estuvo presente la niña, comunicó a la madre que la menor no podría asistir a la misa prevista el domingo pasado «porque el párroco del pueblo, fray Guillermo, se negaba». Se trata del sacerdote de Nuestra Señora de la Consolación, la misma iglesia a la que la niña asiste a misa los fines de semana, vestida de mujer, sin que el sacerdote se haya percatado. 20minutos ( periódico salido a la prensa), ha intentado contactar con el padre Guillermo, sin obtener ninguna respuesta. «El cura teme que la gente del pueblo se le eche encima por permitir la entrada en la iglesia de un chico vestido de flamenca». Es la explicación que el le dio a la madre de la menor tras hablar con el cura, según explica María José. Además, la madre afirma que el delegado les ofreció las llaves del Ayuntamiento para que la niña se «refugiase» allí durante la celebración de la Eucaristía, una opción que la menor descartó: «No quiero las llaves del Consistorio. No me tengo que esconder de nada. Me quedaré en la puerta de la iglesia». Tras reflexionar sobre lo ocurrido, María José cree que el Ayuntamiento es el primero que ha discriminado a su hija por ir a preguntar al cura: «No nos dieron opción. No la han apoyado. Deberían haber entrado las 200 flamencas o haber suspendido la parada en la iglesia», apunta.
Joaquín Fernández Garro, alcalde del municipio, mantiene otra versión de los hechos. Dice que un miembro de la comisión de festejos, fue el que creyó conveniente plantearle al párroco que había un chico que se sentía mujer. Tras la respuesta del sacerdote, el edil decidió intervenir, por lo que habló con el cura y, posteriormente, con la familia. Según el regidor, esta dijo: «Por el bien de la niña, lo mejor es que no acuda a misa». «No estoy de acuerdo con el párroco y con que se discrimine a nadie por razón de sexo. Tenemos un respeto absoluto hacia este colectivo», dice el alcalde, que ayer se reunió con el edil de Fiestas, la madre de la niña y fray Guillermo para aclarar el asunto, que él da ya por «zanjado». Lo cierto es que el domingo, la niña, vestida de flamenca, se quedó en la puerta de la iglesia con dos amigas y una señora del pueblo que se solidarizó.
Lo ocurrido en Umbrete es «repugnante y repulsivo y va en contra de los derechos y la libertad de las personas y en contra de lo que predica la iglesia, como el amor al prójimo», dice Marisa Tejado, de Acción Diversa LGTB.
Estos «saca a debate la necesidad urgente de una Ley estatal o comunitaria en favor de los derechos y la protección de las personas LGTB que recientemente ha aprobado Cataluña y Extreñadura», apunta Tejado. En Andalucía, «donde somos pioneros en igualdad», queda pendiente esta ley que tanta falta hace a la vista de los hechos ocurridos, dice Tejada.
Tanta falta hace en nuestro país que se regulen los derechos de las personas transexuales como en otros muchos países, pero la realidad es la ignorancia de las personas que les hace llevar en mente lo típico de la sociedad y la falta de conocimiento y sensibilización al colectivo trans, no dejar entrar a una menor de edad por su condición sexual en la iglesia donde celebran una época festeja de buenos ratos en amigos y familiares es algo realmente repugnante y muy respulsivo, ante la TRANSFOBIA STOP!!!