Una de las perlas del universo gay es el tema de la apertura de la relación de pareja. Vamos, lo que solemos llamar la “pareja abierta”. No lo neguemos, está en boca de todos. Incluso muchas personas lo consideran el destino inevitable de toda pareja gay con cierto recorrido. Evidentemente, este modelo de relación no lo han inventado los gais, no es exclusivo de ellos ni, por supuesto, es algo que solo exista actualmente o desde hace poco tiempo.
¿Te identificas con alguna de estas frases?
“Al ser gay estoy destinado a tener una pareja abierta. No es posible tener una pareja cerrada con otro hombre, a pesar de que una pareja cerrada es el modelo de pareja que deseo para mí (al menos actualmente)”. “Tengo una relación de pareja, nos va muy bien y ambos queremos seguir juntos pero, ¿significa eso que ya nunca más volveré a tener sexo con otras personas?”.
Déjate de historias. Al ser gay no estás destinado absolutamente a nada y que ahora tengas pareja no quiere decir que nunca jamás vayas a tener sexo con más gente. Para bien y para mal, la vida nunca es tan simple, así que no entres en modo horror-en-el-hipermercado, deja a un lado las conclusiones vitales que con el tiempo se han petrificado en tu sistema de creencias y, simplemente, vive la vida que puedas. Si es lo que quieres, ojalá encuentres una persona que sea capaz de acompañarte a gusto con ella.
Cuando hablamos de “pareja abierta” nos referimos a ese modelo de relación en el que sus miembros han pactado explícitamente mantener relaciones sexuales con otras personas. No entraremos ahora en la diferencia entre parejas abiertas y permeables, aunque sí es importante dejar clara la diferencia entre una pareja abierta y una infidelidad (tener sexo con personas que no son tu pareja cuando vuestro pacto es que eso no puede suceder). También dejamos aparte la diferencia entre una pareja abierta estándar y una pareja poliamor (formada por más de dos personas, con diferentes tipos, combinaciones, jerarquías… Recuerda que no son sinónimos: la relación poliamor puede ser abierta o cerrada, como las parejas de dos personas).
Lo cierto es que muchas personas dan por hecho que su relación de pareja tiene que ser cerrada, bien porque no se habían planteado nunca que hubiera otras posibilidades o bien porque rechazan abiertamente las alternativas a ser dos y solo dos para lo afectivo y/o lo sexual.
En realidad, elijáis el modelo que elijáis, lo recomendable es no dar por hecho ciertos temas importantes dentro de una relación y hacer explícito (con palabras claras y no equívocas) qué tipo de relación mantenéis respecto a lo sexual, si es que ya estáis de acuerdo en que, en lo afectivo, sois solo vosotros/as y nadie más. Quizá no te lo hayas planteado nunca, pero este es un primer paso bastante relevante si, por ejemplo, os estáis planteando dejar de usar el preservativo.
Muchas personas tienen claro, por diferentes razones, que no serían capaces de tener una relación abierta. Eso no quiere decir que no sientan atracción y deseo sexual por personas que no son su pareja, pero prefieren no satisfacerlo e incluir lo sexual dentro de los límites de su relación, precisamente porque sienten que eso fortalece el sentido de la misma. Esto es maravilloso.
Otras personas, en cambio, han llegado a la conclusión de que lo más adecuado para su bienestar individual y también para la salud de su relación de pareja es una apertura sexual consensuada. Al fin y al cabo, si nacemos y queremos a dos progenitores, y queremos a nuestros hermanos aunque sean varios, si podemos amar a varios o muchos amigos a la vez, ¿por qué solo podemos amar o satisfacer el deseo sexual con solo una persona a la vez aunque esa persona no sea nuestra pareja? Esta opción también es maravillosa.
Quizá te estás planteando la posibilidad de proponerle a tu pareja abrir la relación, o no te lo planteas ahora pero quieres darle una vuelta a tus deseos y conclusiones al respecto. A continuación dispones de una lista de ventajas que algunas personas manifiestan sobre su relación cerrada y abierta, por si te iluminan un poquito la reflexión.
Ventajas de tener una relación cerrada:
- Es muy beneficiosa para la parte física y biológica de mi salud sexual: puedo mantener relaciones sexuales sin preocuparme por contraer ITS, ya que al ser solo nosotros/as y siempre nosotros/as, sabemos que no contraeremos ITS por generación espontánea.
- No tengo que preocuparme por buscar y encontrar compañeros sexuales, que puede llegar a ser muy estresante y, en ocasiones, frustrante. Tengo una pareja que me atrae y me satisface, así que estoy encantado/a de haber decidido que solo voy a mantener relaciones sexuales con ella.
- No tener sexo con otras personas me ayuda a mantener el foco en mi pareja. Sigo teniendo ojos en la cara pero, más allá de eso, al no emplear tiempo en buscar, encontrar y mantener relaciones sexuales con otras personas dispongo de más tiempo, atención y energía para mi pareja (para esa persona y nuestra relación): fijarme en él/ella, ocuparme de él/ella. Siento que, de esa manera, estamos más cerca el uno del otro.
- Simplemente no me nace tener una relación abierta, incluso cuando siento deseo sexual por otras personas de manera puntual: estamos al principio de la relación y en esa fase los sentimientos son muy fuertes y quiero compartirlo todo solo con la persona con la que mantengo una relación. También el sexo. Sobre todo el sexo.
Ventajas de tener una relación abierta:
- Me mantiene sexualmente “en el mercado”, con contactos, más atento a cuidarme y gustar.
- Alimenta mi autoestima, al recibir valoraciones (a través de lo afectivo-sexual) y estímulos reforzantes de muchas personas diferentes, no solo de mi pareja. Hay que tener en cuenta que, además, las valoraciones que vienen de mi pareja tienden a ir disminuyendo con el tiempo.
- Desarrollo y amplío mi apertura y satisfacción sexual: gustos, prácticas…
- Fortalezco los lazos con mi pareja: el hecho de que mantengamos sexo con otras personas y que aun así (¿sorprendentemente?) sigamos juntos y contentos/as me demuestra que nuestra pareja no la va a romper cualquiera, porque la barrera de lo sexual-con-otras personas ya la hemos pasado. Para mí, abrir la relación es una consecuencia natural de amar a mi pareja sin posesión: hemos abierto la relación una vez que hemos entendido que, aunque tengamos una relación sentimental con alguien, nuestras sexualidades no pertenecen al otro y por eso no nos negamos mutuamente a que estar con otras personas.
- Es muy bonito sentir que no tengo que “amputar” una parte de mí solo por tener una relación de pareja con una persona. Somos dos seres individuales con dos sexualidades diferentes que conviven. Con la relación abierta no tengo que reprimir esa faceta y, si algo me apetece, lo hago (dentro de un pacto).
En cualquier caso, piensa que ni una opción ni otra son buenas o malas: no te olvides de que la apertura/exclusividad de una relación no son un fin en sí mismas, sino un medio para que la relación perdure en el tiempo con salud y alegría.
Quien más, quien menos, se ha mentalizado para llevar una relación cerrada, es decir, a la manera convencional, porque además es lo que el resto de gente va a dar por supuesto que hay. Por eso, abrir la relación requiere un grado extra de madurez y confianza entre sus miembros para poder existir de manera satisfactoria.
Como apuntábamos antes, la correcta apertura de la relación siempre es el resultado de asumir que (por lo general) no podemos colmarnos mutuamente al 100% en nuestra sexualidad y ser conscientes de que –a pesar de que en los comienzos fuera así- no es cierto que solo tengamos ojos el uno para el otro y eso no significa que ya no nos queramos.
Ojo: la pareja abierta es uno de los resultados de asumir esto, no el único. Dos (o más) personas pueden llegar a esta misma conclusión pero aun así optar por mantener cerrada la pareja en el ámbito sexual, ya que eso les compensa y porque ser solo los dos también en el sexo es más acorde a sus valores, necesidades y emociones. Perfectamente válido.
Diseñad vuestra propia relación, id adaptando vuestro modelo a la evolución natural de eso que estéis viviendo. Mientras no deis por hecho que solo hay una manera buena de estar en pareja y no os hagáis daño con graves deslealtades todo irá bien.
Rafael San Roman, psicólogo
Exacto. Yo prefiero una relación cerrada : )
Pues muy bueno el reportaje. Siempre he tenido parejas cerradas y tarde o temprano salta algo que conlleva a «infidelidad» de una forma u otra. Me cuesta pensar en abrir la relación. Para mi es simplemente precioso confiar en alguien y que alguien confíe en ti. Pero lamentablemente a estas alturas de mi vida y después de la experiencia que tengo y he tenido con mis relaciones, no existe el hombre gay que no te ponga los cuernos.