No se puede hablar de VIH sin hablar de TAR (Tratamiento Anti-Retroviral, o ART del inglés). El virus y el tratamiento que lo aniquila. El yin y el yang. El contra y pro, si y no, que cantaba la bruja loca pero con mucho ritmo del Mago Merlín de Disney. Este tipo de tratamiento ha avanzado muchísimo en estas décadas. Ayer eran una combinación de pastillas gigantes incomibles que normalmente provocaban efectos secundarios indeseables y que incluso saltaban a la vista. Hoy son en su mayoría una pastilla… del tamaño de una pastilla. La mía por ejemplo tiene la masa de 3 aspirinas, así a ojo lo digo que no he hecho los cálculos. Lo malo, es que el acceso al tratamiento es desigual geográfica y socialmente.
Hoy traigo un resumen de un estudio recién salido del horno: «Key barriers to women´s access to HIV Treatment: Making Fast-Track a Reality«. Básicamente, «qué barreras encuentran las mujeres para acceder al tratamiento contra VIH«. En él se recoge información a nivel mundial siguiendo el método científico y de manera contrastada. Así, se tiene una idea real de los problemas encontrados por mujeres que viven con VIH-1 que quieren tomar medicación. Ha sido llevado a cabo conjuntamente por ONU Mujeres, ATHENA Network, AVAC y Salamander Trust.
Por qué este estudio es importante
El estudio quiere descubrir las barreras que las mujeres encuentran cuando quieren acceder al tratamiento contra el VIH. Entender los problemas a los que se enfrentan las seropositivas es necesario para encontrar soluciones. Y más todavía si se relaciona con el acceso a la medicación. Porque el que una persona tome tratamiento contra el VIH tiene dos grandes ventajas:
1- No se muere (esto nos encanta).
2- La probabilidad de que transmita el virus se reduce drásticamente. Si alguien está en tratamiento el virus desaparece virtualmente de su cuerpo. Con lo que virtualmente la posibilidad de que lo transmita a otra persona es casi inexistente.
Por eso no es casualidad que la Organización Mundial de la Salud recomiende que se ofrezca TAR a TODAS las personas con VIH, sin importar su recuento de CD4 o sus condiciones clínicas. Esto es una recomendación, y hay de hecho muchas voces que abogan por retrasar lo más posible el inicio del tratamiento. Es un tema que da para mucho y no me extenderé más aquí. Así que al lío.
Resultados
Barreras de Acceso – Micro nivel: INDIVIDUAL
- Violencia de género y miedo a sufrirla. Esta fue la barrera más común encontrada.
- Estigma y discriminación. Esto se traduce en llevar el status serológico como un secreto, lo que a su vez provoca baja adherencia a la medicación y más tasas de depresión. La falta de privacidad para tomar la medicación sin que nadie lo sepa también es un problema.
- Efectos secundarios de la medicación. Estos fueron encontrados consistentemente, especialmente el miedo al cambio en la forma del cuerpo.
Barreras de Acceso – Medio Nivel: COMUNIDAD
- Roles de género. Por ejemplo, que una mujer tenga que pedir permiso a miembros familiares o a su marido para buscar servicios médicos.
- Violaciones a los derechos de confidencialidad e integridad en los servicios de salud. Por ejemplo que se revele el resultado positivo delante de otros miembros de la familia o de otros empleados. O también esterilización forzada o coaccionada.
- Comunicación insuficiente en servicios de salud. Por ejemplo tiempo limitado con las pacientes para dar suficiente información sobre la medicación, interacciones, efectos secundarios, etc.
- Responsabilidades como cuidadoras familiares. Por ejemplo perder citas con sus médicos por no tener con quien dejar a los niños o familiares a su cargo.
- Estigma y discriminación entre mujeres de grupos marginados. Trabajadoras sexuales, transexuales y usuarias de drogas relataron tener impedimentos para acceder al tratamiento debido a la discriminación hacia ellas desde los servicios de salud.
Barreras de Acceso – Macro Nivel: NACIONAL
- Leyes y criminalización del VIH.
Recomendaciones
Los autores del estudio, a través de los resultados encontrados, han organizado las soluciones para atajar las barreras de acceso al tratamiento. Estas soluciones las organizan en 6 recomendaciones, que son:
- Definir e implementar derechos humanos que tengan en cuenta los problemas que las mujeres encuentran para acceder al tratamiento. Sobre todo alrededor de violencia de género, embarazo y partos.
- Analizar más en profundidad cómo afectan las cuestiones de género al acceso a los medicamentos. Es urgente entender porqué una mujer decide parar de tomar el tratamiento durante el embarazo o la lactancia, por poner un ejemplo.
- Descubrir las diferencias en toda la diversidad de mujeres que afectan al proceso del tratamiento contra el VIH. Y encontrar vacíos en los datos, por ejemplo mediante el estudio de parejas serodiscordantes.
- Asegurar que el tratamiento y el cuidado contra el VIH sobrepasa barreras de género a todos los niveles. Por ejemplo, conseguir que tanto una trabajadora sexual como una madre pueda acudir a su médico.
- Inclusión de toda la comunidad teniendo en cuenta posibles diferencias de género. Por ejemplo que organizaciones de mujeres tengan suficiente voz en la toma de decisiones.
- Propiciar la participación de compañeros en la toma de decisiones de grupos de trabajo y organizaciones.
Mi Conclusión
Creo que cada vez las barreras de género se difuminan un poco más. Estamos ante una emocionante etapa en la que las personas pueden expresarse de muchas maneras distintas. Desde el punto de vista de la biología evolutiva, todavía somos muy diferentes hombres y mujeres, genética, física y fisiológicamente. Desde el punto de vista antropólogico, estas diferencias se comienzan a difuminar y cambiar en muchas sociedades. A veces, hay que entender estas diferencias para defender derechos de unos y otras. Digo esto porque el VIH al final me puede matar a mi y a ti, seas lo que seas. No entiende de género. Aunque la estadística demuestra que las nuevas infecciones o la adherencia al tratamiento sí entienden de género. Y por eso este estudio es importante. Y por eso, intento centrarme en la relación de la mujer con el VIH.
Saludos y gracias por leer
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Pingback: Mujeres y Acceso al Tratamiento contra VIH - xiana albor
Soy mujer + vih y no quieri tomar retrovirales, tengo 64 años, que me puede duceder
Hola,
gracias por escribir.
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