Existe un constante debate desde hace tiempo en torno a las personas trans. He leído y escuchado demasiada transfobia en este tiempo. Recordemos que esto no solo se traduce al odio hacia personas trans, también es cualquier acto discriminatorio, rechazo o humillación hacia estas personas. Lo que más destacaría de estos días son dos cosas.
Por un lado, está todo lo que engloba el feminismo TERF y el odio hacia las mujeres trans, negándoles su derecho a formar parte del movimiento y negando la opresión que sufren día a día. Y lo grave no es solo esto, que lo es. Lo grave es que los medios de comunicación están dando voz a este discurso con la excusa de la libertad de expresión. Sí, tiene que haber libertad de expresión, pero ello no puede servir para propagar un discurso de odio hacia un colectivo minoritario, cuya tasa de desempleo ronda el 80%. Una comunidad que tiene una tasa de intento de suicidios del 40%. Y este no es un problema individual de elles, este es un problema social, y como problema social somos todes, como sociedad, quienes tenemos que poner solución. Un buen inicio sería escuchar a las personas trans cuando nos dicen que estamos teniendo una actitud tránsfoba que les discrimina. Debemos parar, callar, escuchar y reflexionar.
Otra de las cosas a destacar es el discurso que dice que rechazar a una persona trans por el hecho de serlo es cuestión de gustos. Lo siento, pero no. Si a ti te atrae una persona, pero en el momento en el que sabes que es trans la rechazas, siento decirte que eso es transfobia. Sí, nos han educado en ella y a veces no nos damos cuenta de lo interiorizada que la tenemos. Es por ello por lo que tenemos que reeducarnos. Escuchar a esas personas y desaprender las actitudes discriminatorias que nos han enseñado desde pequeñes.
Hace poco un chico trans, cuyo nombre en twitter es @olivernashbb, creó un hilo en el que preguntaba a personas trans qué harían si no hubiera transfobia por un día. Estas son algunas de las respuestas:
- “Ir al baño y empezar todo el papeleo posible (soy menor con padres tránsfobos)”
- “Yo iría a un baño público sin miedo”
- “Enamorarme sin miedo de que alguien me pueda moler a golpes cuando se entere”
- “Comprarme un bikini, ir a una piscina, broncearme y sonreír bastante sin miedo”
“Armaría un itinerario para un chequeo médico general” - “Me pondría la ropa que me gusta sin miedo a lo que puedan decirme o hacerme en la calle”
- “Saldría del clóset como es debido y me daría menos ansiedad andar en la calle o ir al médico/psicólogo”.
Las respuestas eran muchas más y mucho más duras. Como podemos ver, lo que harían son cosas básicas como ir al médico, a la piscina, a un baño público o, simplemente, andar por la calle. Son cosas por las que las personas cisgénero no tenemos que pasar ni sentir miedo. Esto debería hacernos reflexionar y ver qué estamos haciendo mal como sociedad. Por favor, dejemos de hacer un debate de aquello que no lo es. Son derechos humanos, y los derechos humanos no se debaten.
Natalia Izquierdo, trabajadora social