En Thailandia, un país que acoge todos los años el concurso de Miss Universo para transexuales y los cambios de sexo se anuncian en el periódico, sus derechos están muy lejos de ser iguales a los de los demás hombres y mujeres. Las personas transexuales no están reconocidas legalmente. Incluso después de una operación de cambio de sexo, como las de Sam y Yollie, continúan manteniendo su nombre legal de nacimiento en el carnet de identidad y no pueden casarse, el matrimonio entre una persona transexual y un hombre o una mujer se considera homosexual está prohibido. –“Legalmente no podemos casarnos de la forma que somos. Sam sería mi mujer y yo su marido. Si adoptamos un hijo, Sam será la madre y yo el padre. ¿Crees que me quiero casar como marido o Sam como mujer? ¿Crees que quiero ser el padre?”, se pregunta Yollie,
La historia entre ellos dos fue un amor a primera vista. “Cuando le conocí me quedé en shock. Había visto otros transexuales masculinos en Youtube, pero nunca en Tailandia. Cuando le vi por primera vez al entrar a la asociación pensé, ¡guau! Organizamos varios encuentros casuales, así es como empezamos a conocernos el uno al otro”,- explica Yollie.
Las personas transexuales son excluidas de la educación, el empleo y los servicios sociales, la asociación que preside estima que en Tailandia viven alrededor de 5.000 transexuales, pero éstos cálculos son muy conservadores y podrían darse muchos más. A diferencia que en la vecina Malasia, en Tailandia pueden expresar su identidad públicamente sin miedo al rechazo. La sociedad, de mayoría budista, los tolera, «pero no nos acepta». De acuerdo con el principio del karma, consideran que fueron adúlteros en sus vidas anteriores y por eso se les impuso como castigo quedar atrapados en un cuerpo que no es el suyo, condenándolos al amor no correspondido.
«Este no el país para las personas transexuales, solamente es conocido por las intervenciones de cambio de sexo y la buena medicina que hay», -explica Yollie.
– Tras la operación, sus documentos de identidad no demuestran quienes realmente son y quedamos excluidos de la educación y el mundo laboral según un informe publicado por ONU sida en 2014. Sus problemas empiezan siempre al tener que enseñar su carnet de identidad ya sea para abrir una cuenta bancaria, viajar al extranjero o buscar un empleo porque los empleadores evitan tener problemas si otra persona puede ser contratada. “Podemos trabajar en dos o tres cosas: maquilladora, artista de cabaret y, la última opción, trabajadoras sexuales”, denuncia la representante de la comunidad transexual tailandesa. “Algunas carreras exigen llevar uniforme, uno para los hombres y otro para las mujeres. Me piden que lleve la ropa de un hombre. ¿Cómo voy a llevar ropa de hombre? ¿Cómo Sam va a llevar ropa de mujer?”, dice Yollie.
Es una dura realidad que sufren muchas personas transexuales alrededor del mundo por tener una identidad falsa en el carnet de documentación, ya que en pocos países está aceptado y reconocido la ley integral de identidad de género, en España se aprobó en el año 2007, y ha sido un avance satisfactorio para el colectivo de personas transexuales pero aún queda mucho camino y mucha lucha por acabar con la Transfobia no solamente en Thailandia , también en nuestro país aunque tenga más ventajas y ayudas en los servicios sociales no es fácil la vida de una persona transexual, pero también hay que ponerse en la piel del hombre o mujer transexual, que desde sus primeros pasos hasta la actualidad, es el colectivo más vulnerable, rechazado y maltratado verbal y fisicamente. STOP TRANSOFOBIA!!!