Una palabra tan sencilla y a la vez tan difícil de pronunciar ante ciertas personas o circunstancias. Este gran monosílabo es más que una simple negativa. Un ‘NO’ a tiempo, puede evitarnos muchos problemas con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Siempre seguido de una buena descripción de la situación y nuestra posición al respecto, con un tono amable pero demostrando seguridad, decir ‘NO’ nos permite marcar nuestros límites, evitándonos frustraciones y problemas futuros.
Para ello debemos utilizar la llamada asertividad, que no es otra cosa que habilidad social que nos permite expresar nuestros sentimientos, opiniones, necesidades y defender nuestros derechos respetando los ajenos; abriendo posibilidades de diálogo, comprensión y compromiso con los demás.
En definitiva, se trata de actuar en congruencia con nuestros valores y con nuestra manera de ver el mundo, siendo fiel a los mismos, entendiendo que no somos los dueños de una verdad absoluta, pero si de nuestras decisiones, sin juzgar a los demás.
¿Cómo se hace? Con firmeza, pero sin agresividad
Las personas tenemos intereses y distintas formas de ver las situaciones, por lo cual el conflicto está a la orden del día. En tales circunstancias la asertividad se muestra como una habilidad clave para gestionarlo y prevenirlo. Y para ello tenemos que tener muy claro cuales son nuestros fundamentos y valores y qué implicaría para nosotros el decir »si» o »no».
El mayor problema ante esta situación es el miedo. Este miedo puede ser, a la respuesta directa o indirecta del otro, a no cumplir las expectativas de los demás, el temor a que un »no», implique una reacción negativa y consecuencias perjudiciales para nosotros mismos a corto o largo plazo.
Lo que no solemos tener en cuenta, porque no hay otra persona enfrente materializándolo, es el daño interno que nos hacemos a nosotros mismos cuando decimos un »sí» que no deseamos.
Esa ruptura con nuestros valores y nuestra identidad personal, es un daño silencioso pero mucho más profundo, que genera heridas a corto y largo plazo e interfiere en nuestro bienestar psico-social. Nos hace sentir menos dueños de nosotros mismos, más dependientes e inferiores, como esclavos de una situación o decisión.
¿Y qué conseguiremos?
Saber decir no a tiempo ayuda a respetarnos a través de nuestras decisiones, aumenta nuestra autoestima, nos hace sentir mejor y ayuda a mejorar como personas, saber que somos dueños de nuestra vida, a saborear cada decisión que tomamos y darle la importancia que le corresponde, a potenciar nuestras habilidades personales, a ganarnos el respeto de los demás y sobre todo a rodearnos y crearnos un entorno de personas más positivas.
Para ello, debemos definir primero qué es lo que queremos en nuestra vida, como queremos vivirla y qué cosas queremos fuera de ella, a qué le decimos SI y a qué NO. Nuestra vida no deja de ser una suma de nuestras decisiones diarias.
Así comprenderemos que saber decir »no» significa buscar un equilibrio entre nuestra realidad interior y una exigencia exterior, representada por las demandas de los demás.
Por ello, siempre piensa que:
- Al decir »SÍ» a…………… le estás diciendo »NO» a ……………
- Al decir »NO» a………….. le estás diciendo »SÍ» a …………….