Hay cierta tendencia a entender las relaciones sexuales como un medio para alcanzar un fin: el orgasmo. Esto se trata de un error frecuente que limita la sexualidad y la erótica a un ámbito muy concreto y reducido y por eso es importante reflexionar acerca de ello.
¿No sería mucho más interesante y enriquecedor considerar las relaciones y prácticas sexuales como un fin en sí mismas? Es como si al hacer una caminata por la montaña lo único que nos interesara fuese llegar a la cima. Esto nos impediría disfrutar del recorrido, de los árboles, del sonido de los pájaros, del olor de las plantas y de otros muchos detalles.
Si hacemos el camino pensando todo el tiempo en la cima y ansiando llegar a ella, esto puede ocasionarnos diferentes consecuencias negativas: que vayamos demasiado rápido y nos cansemos, generarnos ansiedad, frustrarnos si no llegamos…
Es más fácil desmontar la concepción del orgasmo como un todo si lo enmarcamos dentro de un contexto: la Respuesta Sexual Humana, es decir, la respuesta que experimentamos ante un estímulo sexual. Esta respuesta consta de varias fases que son deseo, excitación, orgasmo y resolución.
Desde este enfoque, el camino sería la Respuesta Sexual Humana y la cima puede ser (o puede no ser) el orgasmo. ¿Para qué damos un paseo o para qué tenemos una relación sexual? En numerosas ocasiones lo hacemos para DISFRUTAR. Por lo tanto, la clave está en explorar y aprender a disfrutar de todas las fases, de todas las posibilidades y del placer en sí mismo. No sólo del momento en el que alcanzamos la cima.
Y para ello, es imprescindible conocernos: saber qué nos gusta, qué no, qué queremos hacer, cuáles son nuestros límites… Y es imprescindible contar con cierto autoconocimiento corporal. Esto, sobre todo, se aplica en el caso de las personas con vulva, ya que históricamente han sido mucho más invisibilizadas en aquellos ámbitos relacionados con el placer.
Sin embargo, más allá de los genitales, hay muchísimas zonas erógenas por todo el cuerpo. Una vez más, estamos en las mismas: contemplamos los genitales como la principal posibilidad para el placer cuando tenemos todo un cuerpo repleto de zonas que puede resultar muy placentero estimular.
En definitiva y resumiendo, hay vida más allá del orgasmo y de los genitales. Si quieres descubrirla: explora, recorre, da rienda suelta a tu creatividad, disfruta del camino y, si en algún punto crees que te has perdido o que no estás sacando todo el partido que te gustaría, puedes buscar ayuda. Para eso estamos lxs profesionales de la Sexología. En Imagina MÁS te ofrecemos nuestro servicio gratuito y confidencial de asesoramiento sexológico, pide cita en salud@imaginamas.org o enviando un WhatsApp al 658 526 113
Alba Alonso, sexóloga