¿Cómo se ven reflejadas las mujeres en el imaginario social? Refranes como canales transmisión de cultura.
La “sabiduría popular” expresada en el refranero español, transmitida de generación en generación, justifica y legitima la subordinación de las mujeres frente a los hombres y la violencia machista.
Si, en efecto, el refranero es un indicador de la cultura de una sociedad, la española era hasta hace al menos pocas décadas profundamente androcéntricas y misógina. No solo amparando la violencia física, sexual y psicológica contras las mujeres, sino que además éstas aparecen representadas con una serie de características negativas: habladoras, indiscretas, falsas, volubles, carentes de inteligencia, testarudas, egoístas, manipuladoras, en definitiva, malas hierbas que efectivamente, se merecen unos azotes. En la balanza contraria, apenas encontramos un puñado de dichos en los que se ensalzan sus virtudes, pero ¿Qué virtudes?, estas que están intrínsecamente asociadas a lo que el sistema patriarcal espera de ellas: que sean buenas y recatadas esposas, entregadas amas de casa, castas y puras. En resumen, esa idea de calladita estas más guapa y si te desvías de lo que “es ser una buena mujer”, mano dura ejemplarizante.
Os presento algunos dichos pretendidamente ingeniosos, nada inocentes, que durante mucho tiempo han funcionado como vehículos de transmisión del sistema patriarcal dominante, reafirmando una y otra vez los estereotipos y roles de género, basados en nada.
“La mujer y la mentira nacieron el mismo día”
“La cabeza de la mujer es el varón”
“Cuando la mujer es famosa, casi siempre lo es por mala cosa”
“Casa donde la mujer manda, mal anda”
“A la mujer y a la mula, vara dura”
“¿En qué se parecen la mula y la mujer? En que una buena paliza las hace obedecer”
“La nuez y la mujer, a golpes se han de vencer”
“Mujer sin varón, ojal sin botón”
También podemos encontrar un sinfín de refranes, con mucha chispa, en los que se trasmite la imagen de mujer como fuente de sexualidad a disposición de los hombres, en resumen, vamos que somos putas, todas, todas, todas, definiéndonos a través de nuestra sexualidad, además de rebajar a ciudadanas de segunda que no merecen ningún respeto a las mujeres que ejercen prostitución:
“En Loja la que no es puta, es coja”
«En Salamanca, la que no es puta es manca»
En Andújar la que no es puta es bruja»
«En Adrala que no es puta, ladra».
“La que no es perra no prospera”
Tenemos que comenzar a entender que el machismo es toda una cultura en la que participamos todas/os/es y no una conducta puntual. La realidad está impregnada por aquellos valores e ideas que hemos considerado que son los adecuados para organizar la convivencia. Existe una normalización y aceptación de la violencia y por tanto eslógico que el refranero, lo mismo que otras expresiones lingüísticas, refleje la tradicional desigualdad entre hombres y mujeres y la violencia existente en nuestra cultura. Por ello, creo que es importante comenzar a ser consciente y desde esta nueva perspectiva, eliminar de nuestro lenguaje este tipo de expresiones como principio del cambio social en cual debemos implicarnos todos/as/es.
Bárbara Mainieri, trabajadora social