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Co-infección de VIH y Hepatitis C: ¿Qué es y por qué debemos conocerla?

Se habla de coinfección VIH -virus de la inmunodeficiencia humana- y VHC -hepatitis tipo C-, cuando se dan a la vez ambas infecciones en la misma persona.

Las mayores expectativas de vida de los pacientes infectados con VIH, evidentes desde que se comenzaron a utilizar terapias altamente efectivas contra esta infección, han dejado al descubierto la importancia de las infecciones virales por hepatitis B y hepatitis C al convertirse en la actualidad en una de las causas más importantes de morbi-mortalidad en las personas coinfectadas.

Se estima que un 30% de las personas portadoras de VIH están crónicamente infectados con VHC, esto varía según haya sido la vía de transmisión con una fluctuación del 3 al 70%. Según estimaciones, el número de personas coinfectadas por el VIH y el VHC en España ronda las 75.000.

¿En qué consiste la hepatitis?

La hepatitis es una inflamación del hígado producida por un virus, que se clasifica como A, B, C, D, E, F o G dependiendo de su estructura genética.

La afectación hepática se manifiesta en incrementos de indicadores de funcionamiento como las transaminasas. En muchos casos se hace crónica y puede ocasionar graves daños en el hígado, como cirrosis o tumoraciones.

El VHC comparte con el VIH una de las vías de transmisión: La vía sanguínea. Se puede transmitir cuando el virus pasa a través de la piel (debido a una punción, corte, erosión, etc). Sin embargo el riesgo de contraer infección por VHC por vía sexual o perinatal, es mucho más bajo que en el caso del VIH.

¿Cómo se tratan cuando se dan juntas?

En la actualidad el criterio que se sigue para el tratamiento de las dos infecciones, es la cifra de CD4, células que forman parte del sistema inmune del ser humano, que el VIH utiliza para su proliferación y en cuyo proceso acaba con ellas.

Su cantidad y calidad influye directamente en el estado del sistema inmune de la persona. Se procura que el sistema inmunitario esté fuerte antes de iniciar un tratamiento para la hepatitis C, por lo que normalmente se inicia con el tratamiento del VIH y con ello la estabilización de las defensas del paciente.

Estos tratamientos pueden tener una alta hepatotoxicidad por lo que en su prescripción se ha de tener en cuenta el estado hepático del enfermo.

Desde hace poco tiempo la industria farmacéutica ha lanzado al mercado nuevos tratamientos para la hepatitis C muy efectivos y que curan la enfermedad en un alto porcentaje de casos, pero que en la actualidad solo se prescriben bajo criterios muy estrictos en estados avanzados de la enfermedad hepática, por su alto coste.

Respecto al trasplante hepático, contraindicado en pacientes con infección por VIH unos pocos años atrás, en la actualidad es una alternativa real de tratamiento para aquellas personas coinfectadas que tienen cirrosis descompensada e infección por VIH bien controlada con tratamiento.

 

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